This is absolutely infuriating!!! This the first time the Times has EVER printed a news story in SPANISH!!! The L.A. Times is now officially a Mexican rag! Note: The first line refers to "UNA IMMIGRANTE ILEGAL"!!! That much I can understand!!!

I immediately sent off a scathing email to the Times...and I'm hoping others (especially in L.A.) will do the same!




Criando una familia con la basura de Pasadena


Para comprar comida y pagar la renta, una inmigrante ilegal recolecta y vende reciclables.

By Anna Gorman, Redactora del Times
2:32 PM PDT, April 2, 2008

Aún no han dado las 3 a.m., Juana Rivas echa mano a su carrito de súpermercado y pasa de la acera a la oscuridad.

Se resguarda del frÃ*o con una sudadera y una chamarra, asÃ* como un sombrero rosado y unos guantes que compró en una tienda de 99 centavos. Sólo los ladridos de un perro interrumpen el silencio.

Rivas llega a la primera casa, levanta la tapa del basurero y alumbra hacia adentro con su linterna. Nada.

"No hay. No hay," dice ella.

Mira al interior de otro basurero. Nada. Camina en zigzags hacia delante y hacia atrás por la calle, parando en cada casa en pos de latas de aluminio, botellas de cristal, recipientes plásticos, cualquier cosa que ella pueda cambiar por dinero en el centro de reciclaje local. Mete las manos dentro, sacude el contenido por si oye el sonido clave de una botella de cerveza o el sonido hueco de un cartón de leche. Nada.

Le entra ansiedad. Su esposo y cuatro hijos dependen de ella. Al cheque por $2,300 por el alquiler de su casa en Pasadena le falta una semana. Ya tuvo que pedir una extensión para el pago del gasóleo. El cable y el teléfono ya fueron desconectados.

Ella acelera el paso. Las bolsas plásticas atadas al carrito suenan al pasar unas contra otras. Las ruedas chirrÃ*an al pasar sobre los guijarros de la calle.

Unos minutos después, halla una lata vacÃ*a de Sierra Mist, unas cuantas botellas plásticas de agua y varias botellas de cerveza Foster. Lo echa todo en su carrito vacÃ*o.

"Hay dÃ*as malos y dÃ*as buenos," dice Rivas, de 48 años.

A medida que camina hacia la próxima casa, dice, "Va a ser un dÃ*a malo."

Rivas sabe lo que la gente piensa, que ella registra los basureros de sus vecinos en busca de dinero para drogas o alcohol. Ella sabe lo que dicen de ella -- rastrojera, buscona, ladrona.

"Hay gente que me mira con cara de, 'No vales nada. No eres nadie' ", dijo ella.

Durante 13 años, dice ella, ha recolectado latas y botellas "para pagar la renta, mis cuentas. Lo hago por necesidad."

Ella ha buscado trabajos más estables, incluso limpiar oficinas de noche. Pero hoy en dÃ*a, hay más compañÃ*as pidiendo papeles de inmigración, papeles que ella no tiene.

Además, recolectar rastros paga bien, dice ella. Cuántas más horas le dedica, más gana. Su prueba está en los recibos del centro de reciclaje: 22 de octubre: $70.12, 12 de diciembre: $143.08, 4 de enero: $134.91. En general, en un año ella puede ganar entre $20,000 y $25,000. Combinado con lo que gana su esposo y lo que contribuyen los hijos, pueden pagar la renta y poner comida en la mesa.

Rivas es parte de la incipiente economÃ*a clandestina -- los cientos de miles de inmigrantes del sur de California que limpian casas, podan céspedes y friegan platos, que ganan un dinero marginal y pagan muy poco, o nada, en impuestos. Su historia refleja las contradicciones que hacen de la inmigración ilegal un punto álgido. Ella infringió la ley para llegar aquÃ* y drena recursos municipales al quedarse aquÃ*. Sin embargo, trabaja duro, muy duro, para que sus hijos no tengan que hacer lo mismo.

Todos los dÃ*as se levanta a las 2:30 a.m., a sabiendas de que tan sólo una hora más de sueño significa menos dinero. Camina millas y millas, incluso cuando llueve, incluso cuando está batallando contra la gripe.

"Si falto un dÃ*a, no me alcanza," dice ella.

Su única compañÃ*a es el locutor hispanohablante El PiolÃ*n, Eddie Sotelo de la KSCA-FM (101.9), que la entretiene mediante un radio portátil que uno de sus hijos le regaló hace dos años.

Los hombros y las piernas le duelen de empujar el carrito cuesta arriba y cuesta abajo. La manos le tiemblan de la artritis. Esta mañana tiene dos dedos vendados con esparadrapo blanco. Hace dos años tuvo que ir a una sala de urgencia para que le suturaran una laceración que le hizo un pico de botella en un antebrazo. Salió con varios puntos y una vacuna antitetánica. El servicio de emergencia Medi-Cal cubrió el tratamiento.


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